Absolutamente impactantes, tanto por la abrumadora presencia de un entorno de naturaleza muy fuerte: helechos, caídas de agua, vegetación, sonido, como por ésa intervención directa en él.
Como ambientalista estoy acostumbrado a ser reacio con la intervención humana en ambientes naturales. Aquí realmente tuve una sorpresa e intenté e intento sentir que ésta vez podría haber tenido un prejuicio equivocado.
Probablemente no hubiera sido tan perfecto lo que ví sin ésa increíble amalgama de ambas: lo natural con una intervención tan esmerada. Aquí hubo suma de valores. (Puede haberlos?)
Mi postura aquí entró en crisis.
Tuvimos además la gran suerte de que ése día se presentaba frío y brumoso por lo que a las nubes de vapor que normalmente rodean el lugar se sumó una niebla densa que por momentos transformaba el lugar en algo misterioso y, casi casi, místico...
Bien valió lo caro de su entrada y lo disfrutamos como pocos lugares.
Cerca de 500 metros de pasarelas de madera de rojo intenso bordeando infinidad de piletones de suelo de lajas, humeando aguas termales bien calientes, con vestidores de techos de paja en dónde hasta el papel higiénico de sus baños permanece inalterable (y sin haber sido robado). Todo es diseño.Todo ha sido cuidadosamente pensado.
Permanecimos allí todo el día y almorzamos frugalmente en su increíble bar con grandes ventanales y fogón a leños central.
Las imágenes serán elocuentes. Espero.
